Publicado el 16/07/2025 a las 12:57 pm. Última actualización el 20/10/2025 a las 02:02 pm
Inicio » Asesoría » Preconcurso de acreedores: qué es, requisitos y diferencias con el concurso
Más de 57.500 concursos de acreedores se registraron en España durante 2024, un 35,5 % más que el año anterior. Estos datos publicados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), confirman una tendencia imparable por la que cada vez más empresas y autónomos se ven forzados a buscar una solución ante la imposibilidad de hacer frente a sus deudas.
Estos 15.064 procedimientos de más que en el año inmediatamente anterior, es un índice claro de la normalización del concurso de acreedores y una realidad que muchas pymes aún no conocen o entienden tarde como es el preconcurso de acreedores, que puede ser la diferencia entre reestructurar a tiempo o acabar en liquidación.
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¿Qué es el preconcurso de acreedores y cuándo se aplica?
El preconcurso de acreedores es una figura jurídica contemplada en el Texto Refundido de la Ley Concursal que permite a una empresa comunicar al juzgado su situación de insolvencia inminente o actual, con el objetivo de iniciar negociaciones con sus acreedores y evitar el concurso formal.
No es todavía un concurso de acreedores, sino un paso previo que protege a la empresa del colapso inmediato, dándole un plazo para reorganizarse y alcanzar acuerdos extrajudiciales. Durante ese periodo, los acreedores no pueden iniciar ejecuciones judiciales ni embargos que bloqueen la actividad de la empresa.
¿Cuándo se puede utilizar este mecanismo?
El preconcurso está pensado para empresas que todavía no han cesado su actividad, pero que ya no pueden cumplir con regularidad sus obligaciones de pago. La clave está en anticiparse, ya que, a lo mejor, si se espera a que la insolvencia sea irreversible, la empresa perderá margen de maniobra y estará obligada a presentar directamente el concurso.
El preconcurso actúa como un paraguas legal que congela temporalmente las obligaciones más agresivas y permite ganar tiempo para negociar una solución viable y que entretanto la empresa siga funcionando.
Se suele aplicar a situaciones como la dificultad para pagar nóminas, alquileres o impuestos a corto plazo, la imposibilidad de refinanciar deuda bancaria por falta de garantías o el desequilibrio grave entre los ingresos y los gastos.
Requisitos para acceder al preconcurso de acreedores
Aunque el preconcurso no es tan exigente como el concurso formal, sí requiere el cumplimiento de ciertos requisitos legales para que sea admitido y genere los efectos de protección previstos por la ley.
El principal requisito para acceder al preconcurso de acreedores es estar en situación de insolvencia actual, inminente o probable.
- La insolvencia actual, se da cuando ya no pueden cumplir con sus obligaciones de pago, pero siempre y cuando no se haya admitido a trámite la solicitud de declaración de concurso.
- La insolvencia inminente supone que en los tres meses siguientes nos e puedan cumplir con sus pagos.
- La insolvencia probable, cuando se prevé no poder hacer frente los pagos en el plazo de dos años si no se reestructura la deuda.
Procedimiento y duración del preconcurso de acreedores
El procedimiento de preconcurso tiene diferentes fases durante las que se suspenden las ejecuciones judiciales, no se acumulan embargos y la empresa gana un respiro legal. Las fases son las siguientes:
- Comunicación al juzgado mercantil, presentando un escrito donde se informa de la situación de insolvencia y de la intención de negociar con los acreedores. Este documento no inicia un concurso, sino que activa un plazo de protección.
- Inicio del periodo de negociaciones de tres meses después de admitido el preconcurso. En este plazo en el que la empresa tiene para negociar con sus acreedores, éstos puedan iniciar ejecuciones individuales.
- Informe al juzgado al finalizar estos tres meses. La empresa debe comunicar si se ha alcanzado un acuerdo, por lo que puede seguir operando normalmente o, si no ha llegado a ningún pacto, en cuyo caso dispone de un mes adicional para presentar el concurso voluntario.
Diferencias clave entre el preconcurso y el concurso de acreedores
Aunque suenen parecidos, el preconcurso de acreedores y el concurso de acreedores son dos procesos muy distintos.
El preconcurso es un mecanismo preventivo. Sirve para ganar tiempo y renegociar deudas antes de que sea necesario acudir al juzgado a solicitar el concurso formal. En cambio, el concurso de acreedores implica reconocer legalmente que no puedes pagar tus deudas y necesitas una solución judicial.
Las diferencias más importantes entre el preconcurso y el concurso de acreedores son:
¿Quién lo inicia?
El preconcurso lo inicia la propia empresa, de forma voluntaria, cuando ve que se está acercando a una situación complicada. El concurso también puede ser voluntario, pero muchas veces es obligatorio si ya no puedes pagar y no haces nada al respecto.
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El preconcurso es discreto. Solo se comunica al juzgado y no aparece publicado en el BOE, salvo en casos concretos. En cambio, el concurso de acreedores sí es público, y esa visibilidad puede afectar a la reputación de la empresa con clientes, proveedores o bancos.
Duración
El preconcurso tiene una duración máxima de cuatro meses. En cambio, un concurso puede durar años, dependiendo de lo compleja que sea la situación y si hay muchas deudas o activos que liquidar.
Efectos frente a los acreedores
Durante el preconcurso, los acreedores no pueden iniciar nuevos embargos o ejecuciones durante tres meses, pero no se paralizan del todo los procedimientos que ya han comenzado. En el concurso, desde que se admite a trámite, se suspende casi toda la actividad de cobro de los acreedores.
Consecuencias para la empresa
El preconcurso no implica la entrada en quiebra ni supone una mancha en el historial de la empresa. Es más bien un intento de solución. En cambio, el concurso tiene consecuencias legales y económicas importantes, y puede terminar en liquidación si no se consigue un acuerdo.
En resumen, el preconcurso es una oportunidad para evitar el concurso. Funciona como una especie de paso previo que permite buscar soluciones antes de llegar a un punto de no retorno. El preconcurso es, por tanto, una herramienta preventiva y el concurso, una reacción obligada. Cuanto antes se actúe, más opciones habrá de evitar males mayores.
¿Qué hacer si tu empresa está en preconcurso de acreedores?
Llegar al preconcurso no es el final. Puede ser, de hecho, una oportunidad para reestructurar el negocio, redefinir su estrategia y protegerlo de una liquidación innecesaria. Pero para ello, es fundamental actuar con criterio.
Algunas recomendaciones a seguir para afrontar con éxito un preconcurso de acreedores:
- Buscar asesoramiento especializado, ya que el preconcurso requiere un enfoque legal, financiero y estratégico, para lo que es clave contar con abogados mercantiles y economistas expertos en la materia.
- Analizar la situación real de la empresa, identificando con qué deudas son más urgentes, qué activos pueden utilizarse como garantía o cuales son los proveedores o acreedores que estarían dispuestos a negociar.
- Negociar activamente y aprovechar los 3 meses. No se trata solo de ganar tiempo, sino de usarlo para conseguir resultados. Refinanciar, aplazar pagos o pactar quitas puede ser la diferencia entre reflotar o entrar en concurso.
- Evitar decisiones que agraven la insolvencia, ya que durante el preconcurso, la empresa debe seguir funcionando, pero sin hacer gastos innecesarios, no contraer nuevas deudas sin respaldo y documentar todos los movimientos.
- Debes prepararte para un concurso si no hay acuerdo. Aunque el objetivo sea evitarlo, conviene tener listo el plan de concurso por si finalmente hay que presentarlo al finalizar el plazo.
El preconcurso de acreedores es una herramienta valiosa para empresas que atraviesan dificultades, pero aún tienen margen para negociar. Su correcto uso puede significar la supervivencia del negocio, mientras que ignorarlo o actuar tarde puede arrastrar incluso a empresas viables hacia la liquidación. No dudes en contactar con nosostros para que te asesoremos sin compromiso.
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Apasionado por el mundo empresarial, cuento con más de 15 años de experiencia asesorando a emprendedores en la creación y desarrollo de sus negocios. Graduado en Administración y Dirección de Empresas, he ayudado a una amplia variedad de proyectos a definir sus modelos de negocio, evaluar su viabilidad y a desarrollar sus estrategias. Me encanta el aprendizaje continuo, la creatividad y el análisis crítico, lo que me permite compartir conocimientos y reflexiones en torno al mundo de los negocios.