Publicado el 08/08/2025 a las 03:34 pm. Última actualización el 20/10/2025 a las 01:49 pm
Inicio » Consultoría » Administradores mancomunados: qué son, funciones y responsabilidades clave en la gestión empresarial
Ser administrador de una sociedad no es solo ocupar un cargo formal en el organigrama. Significa tomar decisiones clave que afectan al presente y al futuro de la empresa: desde firmar contratos hasta responder legalmente por los actos de gestión, pasando por representar a la compañía ante bancos, clientes o la administración pública. Es una figura de confianza y de responsabilidad.
Muchas sociedades, especialmente aquellas con varios socios o estructuras familiares, eligen nombrar administradores mancomunados. ¿Qué significa esto? Que ninguno puede actuar de forma individual, sino que deben tomar decisiones y firmar documentos de forma conjunta, lo que exige coordinación y consenso en cada paso.
¿Qué significa ser un administrador mancomunado? definición y concepto clave
Ser un administrador mancomunado implica compartir la capacidad de representar y gestionar una sociedad con una o más personas. No se actúa de manera individual, sino que las decisiones y normalmente también las firmas, requieren el acuerdo de todos los administradores mancomunados. Esto crea un sistema de control interno muy útil.
En esencia, se trata de repartir la responsabilidad colectiva, evitando que una sola persona tenga poder absoluto, lo que puede reducir los riesgos legales y mejorar la gobernanza empresarial.
¿Qué es la administración mancomunada y cómo se diferencia de otros tipos de administración?
La administración mancomunada, regulada en el Real Decreto Legislativo 1/2010, de Sociedades de Capital, se basa en la necesidad de que todas las actuaciones ejecutivas requieran la firma conjunta de dos o más administradores, frente a otros sistemas de administración de sociedades:
- Administrador único. Una sola persona ostenta toda la capacidad de decisión, firma y representación de la sociedad.
- Administradores solidarios. Cada uno puede actuar por su cuenta y vincular legalmente a la empresa sin necesidad del otro.
- Administradores mancomunados. Deben actuar de forma conjunta para que sus decisiones sean válidas, lo que limita la autonomía individual.
- Consejo de administración. Un órgano colegiado donde las decisiones se toman por mayoría entre sus miembros, con un presidente y, en su caso, consejeros delegados.
Funciones principales de los administradores mancomunados en una sociedad
Los administradores mancomunados cumplen varias funciones esenciales:
- Representación de la sociedad. Sólo pueden firmar documentos legales, contratar y asumir compromisos si todos los administradores mancomunados están de acuerdo y firman.
- Toma de decisiones operativas. Abarca compras importantes, contratación laboral, obtención de financiación o negociaciones comerciales.
- Supervisión y control mutuo. Al obligar al consenso, cada administrador vigila las acciones del otro, lo que reduce riesgos.
- Responsabilidad compartida frente a terceros. La empresa responde por los actos mancomunados, y los administradores también asumen responsabilidad conjunta ante errores o fraudes.
- Conformidad societaria. Garantiza que los acuerdos sociales se ejecuten conforme a las directrices del consejo o junta de socios.
En definitiva, la administración mancomunada implica tareas operativas, estratégicas y de control que deben realizarse siempre de forma conjunta, como firmar contratos, aprobar pagos o tomar decisiones clave en nombre de la empresa. Esa obligación de consenso marca su funcionamiento diario y diferencia este modelo de otros sistemas de administración.
¿Cómo elegir administrador mancomunado?
Elegir administradores mancomunados en una sociedad requiere seguir un proceso legal y formal que garantice su validez y funcionalidad. Todo comienza con los estatutos de la empresa, que deben contemplar expresamente esta forma de administración, especificando cuántos administradores habrá, cómo se reparten las funciones y cuántas firmas serán necesarias para actuar.
Posteriormente, la junta general de socios o accionistas es la encargada de aprobar la designación, normalmente a través de una votación. Una vez elegidos, el nombramiento se formaliza mediante escritura pública o acta notarial y se inscribe obligatoriamente en el Registro Mercantil, para que tenga efectos legales frente a terceros. Documentar bien este proceso no solo es un requisito legal, sino una garantía de transparencia y buen gobierno corporativo.
Limitaciones de los administradores mancomunados: ¿qué restricciones enfrentan?
La principal limitación de los administradores mancomunados es que ninguno puede actuar por sí solo, lo que exige coordinación constante para tomar decisiones o ejecutar actos jurídicos. Esto puede ralentizar operaciones urgentes o generar bloqueos si no hay acuerdo.
Además, si los estatutos no detallan bien cuántas firmas son necesarias o en qué casos pueden actuar separadamente, pueden surgir conflictos internos o inseguridad jurídica. También hay situaciones, como presentaciones ante Hacienda, trámites bancarios o decisiones estratégicas, que quedan paralizadas si uno de los administradores no colabora o no está disponible.
Por eso, este modelo de gestión requiere una relación de confianza sólida entre los administradores y una redacción clara en los estatutos para evitar fricciones operativas.
Responsabilidad penal de los administradores mancomunados: consecuencias legales de sus acciones
Los administradores mancomunados pueden enfrentar responsabilidad penal si, en el ejercicio de sus funciones, cometen o permiten la comisión de delitos. Estas son algunas de las situaciones más frecuentes:
- Delitos societarios, como la administración desleal, fraude a acreedores o imposición de acuerdos abusivos en perjuicio de socios o terceros.
- Incumplimientos fiscales o laborales, cuando la empresa deja de pagar impuestos, cuotas a la Seguridad Social o incurre en fraude a la Hacienda Pública.
- Delitos económicos graves, como blanqueo de capitales, corrupción, alzamiento de bienes o falsedad documental, si intervienen directa o indirectamente en esas conductas.
- Ocultación de la situación de insolvencia, especialmente si se retrasa injustificadamente la solicitud del concurso de acreedores.
La clave en el caso de la administración mancomunada es que la responsabilidad puede extenderse a todos los administradores, aunque el delito lo haya cometido solo uno de ellos. Si hay prueba de que un administrador conocía la conducta ilícita y no la impidió, también puede ser imputado. Sólo quedará exento quien demuestre que no participó, no conocía los hechos y actuó con la debida diligencia para evitar el daño.
¿Cuándo es adecuado elegir administradores mancomunados?: contextos donde esta figura es esencial
Optar por administradores mancomunados es recomendable cuando se quiere garantizar que las decisiones empresariales no dependan de una sola persona y que haya control mutuo entre quienes gestionan la sociedad. Es un sistema especialmente útil en los siguientes casos:
- Empresas familiares, donde varios miembros desean participar en la gestión y se busca equilibrio y consenso en las decisiones.
- Sociedades con varios socios fundadores, que prefieren evitar que uno actúe sin el conocimiento del resto.
- Negocios con activos sensibles o riesgo financiero elevado, donde se quiere un control adicional antes de autorizar operaciones importantes.
- Situaciones de desconfianza parcial o necesidad de supervisión recíproca, como en procesos de sucesión o sociedades con intereses contrapuestos.
Administradores mancomunados, ¿quién firma las decisiones? la importancia del consenso y la coordinación
En un sistema de administración mancomunada, la firma de decisiones no es solo un trámite, sino un verdadero reflejo del consenso. Ningún administrador puede actuar por su cuenta, porque la validez de cada decisión depende de que todos – o el número requerido que se haya fijado en los estatutos- estén de acuerdo y respalden la acción con su firma.
Esta necesidad de coordinación obliga a los administradores a comunicarse constantemente, valorar las propuestas y alcanzar acuerdos claros antes de formalizar cualquier acto.
Por eso, más que una simple responsabilidad individual, la administración mancomunada es un ejercicio colectivo que busca proteger los intereses de la empresa y evitar riesgos derivados de actuaciones unilaterales. Sin consenso y coordinación, la gestión puede verse paralizada o bloqueada, pero cuando funciona bien, asegura transparencia y equilibrio en la toma de decisiones.
Asesoramiento legal para administradores mancomunados: cómo minimizar riesgos y garantizar el éxito empresarial
Gestionar una sociedad con administradores mancomunados presenta retos específicos que requieren un acompañamiento legal especializado para evitar conflictos y proteger a la empresa. Un buen asesoramiento puede ser determinante en varios aspectos clave:
- Redacción y revisión de estatutos para definir con claridad las competencias y el número mínimo de firmas necesarias.
- Elaboración de protocolos de actuación que faciliten la coordinación y resolución de desacuerdos entre administradores.
- Asesoramiento en la firma y formalización de acuerdos para asegurar la validez legal y evitar impugnaciones.
- Prevención y gestión de conflictos internos mediante mediación o estrategias legales.
- Orientación en caso de responsabilidades civiles o penales derivadas de la gestión.
- Apoyo en procesos judiciales o administrativos relacionados con la administración de la sociedad.
Contar con una consultoría legal especializada permite que la figura de los administradores mancomunados funcione como un motor sólido para la empresa, evitando riesgos y favoreciendo una gestión eficiente y transparente.
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Apasionado por el mundo empresarial, cuento con más de 15 años de experiencia asesorando a emprendedores en la creación y desarrollo de sus negocios. Graduado en Administración y Dirección de Empresas, he ayudado a una amplia variedad de proyectos a definir sus modelos de negocio, evaluar su viabilidad y a desarrollar sus estrategias. Me encanta el aprendizaje continuo, la creatividad y el análisis crítico, lo que me permite compartir conocimientos y reflexiones en torno al mundo de los negocios.

