El cálculo del umbral de rentabilidad, suele ser uno de los datos más relevantes a la hora de encarar la política de precios (sobre todo en las Pymes).
Con este dato, podemos saber el número de unidades que tenemos que vender para que con los ingresos totales obtenidos se puedan cubrir los gastos realizados. A este dato se le denomina Punto Muerto, es decir, el volumen de ventas al que debemos llegar para que nuestra empresa de un resultado neutro. Ni gane, ni pierda.
El punto muerto es, pues, aquella cantidad de ingresos que genera un margen de contribución (porcentaje sobre ventas) que cubre los costes fijos. Por encima de dicha cantidad se obtienen unos ingresos que, una vez absorbidos los costes fijos, proporcionan beneficios y por debajo de la misma proporcionan pérdidas.